"Mis queridos vecinos" es una serie fotográfica que nace de la observación silenciosa y a veces melancólica de la vida en los grandes edificios urbanos.
En estos espacios verticales, miles de personas conviven separadas por unos pocos centímetros de pared, compartiendo estructuras, rutinas, ascensores… pero no necesariamente vínculos.
La serie propone una mirada crítica, poética y algo irónica sobre este fenómeno de coexistencia anónima que caracteriza a la vida en las grandes ciudades.
Cada retrato de la serie está cuidadosamente construido para representar a un habitante del edificio como un universo autónomo e inaccesible.
En este proyecto, la cabeza del individuo se convierte en símbolo y recipiente: allí reside su identidad, su imaginario, su historia.
Por eso, la cabeza, ubicada dentro de una caja que representa su vivienda, se presenta como el núcleo de un mundo cerrado, una cápsula de significados íntimos.
Los objetos que acompañan cada retrato no son meros decorados, sino símbolos elegidos con precisión para revelar fragmentos de personalidad, intereses, hábitos o aspiraciones de cada sujeto retratado.
Esta representación encapsulada, casi museificada, de los personajes, remite a una especie de taxonomía contemporánea del vecino urbano.
La caja-hogar se convierte en una vitrina que nos permite mirar lo que usualmente no vemos: la subjetividad del otro. A pesar de vivir pared con pared, los habitantes de estos edificios rara vez se conocen en profundidad.
El proyecto denuncia esa desconexión a través de la composición: todos los sujetos están de perfil y orientados hacia la derecha, de modo que, simbólicamente, todos se dan la espalda o se miran la nuca.
Esta decisión visual refuerza la idea de la no-comunicación, del anonimato compartido, del individualismo urbano.
En su conjunto, "Mis queridos vecinos" no sólo documenta a 40 individuos con costumbres, estilos y realidades profundamente distintas, sino que también construye un retrato colectivo de la ciudad moderna.
Una ciudad donde el otro está físicamente cerca, pero emocionalmente lejos. La obra se convierte, así, en una sátira visual y reflexiva sobre la masificación, el egocentrismo y la pérdida del tejido social en entornos urbanos densamente poblados.
Esta serie interpela al espectador desde lo íntimo, pero también desde lo social. ¿Conocemos realmente a quienes viven al otro lado del muro? ¿Nos interesa hacerlo? ¿Qué dice esto de nosotros como sociedad?
En ese cruce entre arte, psicología y crítica social, se sitúa "Mis queridos vecinos": una propuesta que busca mirar, y hacernos mirar, más allá de la puerta cerrada del apartamento vecino.
«MIS QUERIDOS VECINOS»
(2019-2020)








































